23 de abril: Día Mundial del Libro


Un año más, y desde 1995, la UNESCO anima a celebrar el 23 de abril el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor con el objetivo de “celebrar el libro como la materialización de la creatividad humana y del deseo de compartir ideas y conocimientos, de inspirar entendimiento y tolerancia”.

En ocasiones se dice que la conmemoración de un día como éste no es más que una excusa para promover la industria editorial y fomentar la compra de libros en las librerías, pero desde la gestión cultural sabemos que es una oportunidad que hay que aprovechar para muchas otras cosas. El Día Mundial del Libro es una “excusa” que nos permite organizar toda una serie de actividades en torno al libro y la lectura con una sola llamada, con un tema en común y con una fecha marcada en el calendario fácilmente reconocible para todos; esta conmemoración nos da la posibilidad de, al menos, poder organizar un día de actividades en torno a los libros.

Hoy en día tenemos muchos tipos de actividades que podemos organizar en torno al Día del Libro: desde los ya tradicionales cuentacuentos hasta obras de teatro que propiciar la lectura, pero también ferias del libro, talleres, clubs de lectura, presentaciones editoriales, talleres de escritura, concursos literarios, etc.

Sea cual sea el tipo de actividad que se escoja para la celebración, considero que debe intentar tratarse desde el punto de vista pluridisciplinar; es decir, acercarse a la lectura desde otras disciplinas que no sean la que los usuarios puedan relacionar directamente con la lectura; por ejemplo, el cine, el teatro o incluso la música.

Me explico. Probablemente un club de lectura llame a un público muy concreto, o una presentación de un libro, o incluso una feria del libro; estas actividades llamarán a un público ya predispuesto a la lectura. Tal vez un cuentacuentos pueda atraer a nuevos lectores atraídos más por el entretenimiento que no por el hecho lector. Pero si a esto le sumamos, por ejemplo, una obra de teatro o una película, que incitan a la lectura, tendremos posibilidad de atraer a la lectura a un público que de primeras no estaba predispuesto a ella. Existe una amplia oferta de obras de teatro que motivan a la lectura (o que pueden incitar a la lectura de la obra literaria), y de la misma forma con las películas de cine; si somos capaces de relacionar estas actividades con la lectura en sí misma, tendríamos posibilidad de ganar un nuevo público.

De la misma forma, las actividades de fomento de la lectura en un día como este no pueden quedarse constreñidas al interior de la librería o la biblioteca; este día las actividades deben necesariamente salir a la calle, buscar el espacio público donde la gente pueda “encontrarse” con la actividad, donde sorprendamos a la ciudadanía y donde les “enganchemos” a descubrir el libro y la lectura.

No podemos quedarnos únicamente en el cuentacuentos; hemos de buscar nuevas propuestas, nuevas alternativas para fomentar la lectura y hacer que el Día Mundial del Libro, más allá de los resultados de ventas editoriales, sea una verdadera fiesta del libro y atraiga a más lectores, ayude a una mejor alfabetización y colabore en el desarrollo de la creatividad y el intercambio de conocimientos.

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