En el Día Mundial del Teatro, abramos espacios


Donde quiera que haya sociedad humana, el irreprimible Espíritu de la Representación se manifiesta”. Esta frase de Brett Bailey, dramaturgo sudafricano encargado del mensaje del DíaMundial del Teatro 2014, es muy significativa de la importancia de potenciar el arte escénico. La representación es inherente a la condición humana, y el ser humano ha necesitado (y necesita) el teatro para comunicarse, transmitir ideas y valores y, ¿por qué no? entretenerse.

El teatro se ha desarrollado en espacios escénicos al uso, pero también en centros escolares, colegios, bares, viviendas particulares y, obviamente, la calle. El espacio público se ha llenado en múltiples ocasiones de representaciones teatrales que permiten al ciudadano aproximarse a la experiencia escénica, de encontrarse con ella de repente, de sorprenderse. Y es que el teatro, ya sea sobre un escenario, ya sea junto al propio espectador, es sorpresa.

Pero la sorpresa que recibe el espectador va acompañada de un mensaje; el teatro siempre tiene un mensaje y una invitación a reflexionar, a pensar, a interrogarse sobre uno mismo y el mundo que le rodea. Y esa invitación a la reflexión aparece de repente, sobre las tablas del escenario, sin esperarla o sin darnos opción a rechazarla. Esa invitación a reflexionar, junto a la capacidad que nos ofrece el teatro de crear mundos paralelos es parte de la magia del teatro; y es una magia no compartida con el cine o la televisión, que mediatizan la relación con el espectador; en el teatro, actores y espectadores comparten un espacio y un tiempo inmediatos y únicos.

Y el teatro también tiene un lenguaje propio, unos símbolos, unos conceptos y unas particularidades lingüísticas. El lenguaje del teatro es único también. Y es un lenguaje que se aprende a partir de la vivencia, a partir de la experiencia escénica, y a partir de la observancia consciente. El espectador que se acerca por primera vez al teatro descubre nuevas formas de decir las cosas, nuevas formas de transmitir los mensajes, nuevas formas en definitiva de expresarse.

Nuestra sociedad requiere de una mayor presencia del teatro en nuestras vidas; de un teatro que nos permita divertirnos, pero que nos haga reflexionar sobre nuestro mundo y nuestras vidas. Necesitamos un teatro comprometido con la sociedad y la profesión, pero también una sociedad comprometida con el teatro y con los profesionales que saben hacernos disfrutar del hecho teatral. Precisamos igualmente de programas que nos permitan difundir el lenguaje escénico, que nos posibiliten “crear” espectadores de teatro, que nos permitan difundir los valores innatos a las artes escénicas, y que nos hagan amantes del teatro desde la infancia.

En palabras de Brett Bailey, el teatro abre un espacio en los corazones y las mentes de la sociedad para reunir gente a su alrededor, para inspirar, maravillar e informar y para crear un mundo de esperanza y colaboración sincera. Nosotros tenemos, irremediablemente, parte de responsabilidad a la hora de ayudar a abrirlo, y es que ese espacio también es el nuestro.

Comentarios