Diario del Congreso de Valencia (I)



Hoy ha comenzado en Valencia el Congreso Internacional sobre la Plusvalía Económica de la Cultura. A lo largo de estos días, o en días sucesivos, tengo la intención de publicar algunos posts con las principales ideas extraídas de las diferentes ponencias a las que he asistido, con el objetivo de dar a conocer, aunque sea brevemente y con carácter provisional (en espera de una publicación de las actas), los temas que se vienen tratando en el congreso.


La relación entre cultura y economía

José Luis Pinotti (director del SARC), en la intervención inaugural del congreso, afirmaba que, si bien la relación entre cultura y desarrollo ha sido asumido por la totalidad de la profesión, la relación entre la primera y la economía, tradicionalmente, ha costado más de asimilar, especialmente por la ausencia de estudios definitivos que reflejaran la verdadera importancia económica de la actividad cultural. Y es que, más allá de la importancia económica derivada directamente de la organización y gestión de actividades culturales, se encuentra los beneficios económicos creados indirectamente y de manera inducida, especialmente a partir de los movimientos económicos que, desde el mundo de la gestión cultural, son capaces de generar creación de empleo.

La administración pública ha sido, y sigue siendo en la actualidad, el principal cliente del sector cultural, por lo que (según José Luis Pinotti) tiene adquirido un importante compromiso con el sector, que ha de tratar de incentivar. En este sentido, ha puesto como ejemplo el aumento de empresas dedicadas a las artes escénicas en la provincia de Valencia en los últimos años; si en torno a 1989 existían apenas 11 empresas, en la actualidad son 43 empresas teatrales las que conviven en la provincia a partir de la demanda creada por la administración pública,

En este sentido, el ponente ha enumerado cuatro aspectos que, a su juicio, ha de afrontar la profesión en este sentido:

- El sector técnico necesita una reorganización para que exista una sola voz como profesionales en la interlocución con la administración y otros organismos.
- Los análisis del movimiento económico del sector de la cultura deben ser más amplios que los existentes en la actualidad.
- Ha de tenerse en cuenta el trabajo y puestos de empleo que han sido inducidos por cada una de las actividades culturales.
- La unidad de los sectores implicados es imprescindible para la consecución de los objetivos.


Creación de un colegio profesional

La creación de un colegio profesional de gestores culturales es una idea que se ha venido sugiriendo en foros y asociaciones de la profesión; y hoy lo ha propuesto públicamente Carlos Villavieja (Universidad Politécnica de Valencia). Una decisión de estas características permitiría acotar las competencias profesionales y normalizar una práctica profesional que sigue presentando determinadas problemáticas.

Un colegio profesional, que se crea por ley del gobierno autonómico correspondiente, puede ser propuesto, y de hecho así ocurre en muchos casos, por una asociación profesional. Así, y en nuestro caso, cualquier asociación de gestores culturales de las que existen en la actualidad podría tomar la iniciativa de la creación del colegio, a partir de la elaboración de un censo actualizado de profesionales, tanto titulados como sin titulación específica pero con experiencia.

A partir de la creación del colegio profesional, se iniciaría un proceso gradual por el que se irían incorporando todos los profesionales en activo para, progresivamente, ir restringiendo el acceso a aquellos que dispongan de la titulación correspondiente.

Sin duda, la propuesta que ha manifestado Carlos Villavieja es un reto interesante y digno de tener en consideración. Tal vez los agentes que se encuentran en mayores condiciones de abordar un proceso de estas características sean las propias asociaciones profesionales que, en la actualidad, comienzan a tener un peso importante a partir de su reciente federación.


Mecenazgo

Abogados del bufete Uría Menéndez han abordado el tema del mecenazgo cultural. Agustín González y Miguel Cremades han tratado, respectivamente, el tema de las fundaciones y la fiscalidad del mecenazgo. De esta ponencia destacaremos dos aspectos.

Las fundaciones, según las fuentes de financiación de que disponen, pueden clasificarse en:

1. Fundaciones patrimoniales, que se financian con las rentas de sus activos. Generalmente, estas fundaciones sirven de referencia a otras organizaciones para la obtención de ayudas económicas.
2. Fundaciones que se financian total o parcialmente mediante sus beneficiarios.
3. Fundaciones sin recursos propios, y que han de recurrir a otras organizaciones para la financiación de sus proyectos y actividades.

Con respecto a las posibilidades de mecenazgo por parte de una empresa, Miguel Cremades ha indicado que hay dos tipos: el mecenazgo directo, y el mecenazgo indirecto. Las posibilidades de mecenazgo directo son las donaciones a entidades sin ánimo de lucro, que deben ser irrevocables, puras y simples; convenios de colaboración empresarial (a cambio de una ayuda, una entidad sin fin de lucro se compromete a difundir por cualquier medio la colaboración económica de la empresa); y los gastos directos en actividades de interés general (son actividades realizadas directamente por las propias empresas). En cuanto al mecenazgo indirecto, las empresas pueden optar por la constitución de una entidad sin fines de lucro, bien en formato de fundación, bien en formato de asociación declarada de interés público.

Posteriormente, y en sesiones paralelas, se ha presentado la actividad de mecenazgo cultural desarrollado por las obras sociales de Caja Madrid, Bancaixa y CAM.


Presentación de la Cátedra de Gestión Cultural

El programa del congreso incluía la presentación de la cátedra de gestión cultural, que formarán próximamente las dos universidades públicas de la ciudad de Valencia y la Diputación de Valencia, mediante una intervención conjunta de José Luis Pinotti, Carlos Villavieja y Antonio Ariño (Universitat de València).

La cátedra de gestión cultural se concibe en todo momento como una especie de laboratorio de I+D+I en el sector de la cultura, y se constituirá a partir de un convenio que se firmará a finales de este año o principios del siguiente.

Una cátedra universitaria, en palabras de Antonio Ariño, se crea para establecer contactos fluidos con la sociedad, y se caracteriza, entre otros aspectos, por tener:

1. Unos contenidos, que en este caso se estructurarán en torno a la formación, la investigación y la transferencia de conocimiento, y que permitirá servir de paraguas para el máster oficial y otras ofertas formativas que pueda surgir en un futuro.
2. Un patrocinador, de ahí la presencia de la Diputación de Valencia, que permitirá en todo momento pensar en clave local.
3. Un equipo de trabajo, que serán todas aquellas personas dispuestas a colaborar en un entorno relacional en el que no importará tanto la presencialidad como la interacción a partir de las oportunidades del mundo digital.

Sin duda, la creación de un organismo universitario en forma de cátedra abre nuevas perspectivas para la investigación y el desarrollo formativo y profesional. Tendremos que esperar a su definitiva constitución y puesta en marcha, pero sin duda resulta una iniciativa interesante de conocer y seguir, en cuanto permite dotar de una herramienta definitiva de interacción entre el mundo profesional, académico y científico.


A grandes rasgos, y aún a riesgo de haberme dejado muchas cosas interesantes, éstas han sido las principales ideas extraídas de la jornada de hoy en el congreso. Sin duda, se trata de una selección personal y condicionada por la propia vivencia de la jornada, pero permite ofrecer una perspectiva general de la marcha temática del congreso.

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