Governar per a la cultura

 El pasado 16 de septiembre de 2020 pude presentar en el Ayuntamiento de Meliana la publicación “Governar per a la cultura. Una proposta per a la implementació d’una política cultural local”, un texto propio editado por Fundació Nexe en su colección Praxis.


¿Por qué un texto sobre políticas culturales? En parte viene motivado por un interés personal que he tenido desde que me decidí dedicar profesionalmente a la gestión cultural. Desde ese momento siempre he tenido un especial interés por conocer las dinámicas de las políticas culturales porque, más allá de la propia gestión cultural, son los marcos que nos permiten establecer los objetivos a largo plazo que queremos lograr en la gestión de la cultura. Desde ese momento, he tratado de formarme y leer todo lo que me caía en las manos sobre políticas culturales, algo que para alguien que no se mueve en el ámbito académico tampoco es fácil.

Pero también porque creo que es interesante y necesario dar herramientas para la implementación de políticas culturales, especialmente en el ámbito municipal, en el que diariamente, concejales y concejalas de cultura tienen que gestionar un ámbito del que no necesariamente tienen que saber.

Más allá de análisis de políticas, artículos académicos, o ensayos que hablaban de la política (o políticas) culturales (y generalmente a nivel estatal) era difícil encontrar una verdadera guía que permitiera a los y las responsables políticas diseñar una política cultural a nivel local.

Y con ese objetivo está escrito este modesto texto. Pensando en los responsables políticos del ámbito cultural en la esfera local. Me refiero indistintamente a política cultural o políticas culturales. Y es que políticas culturales pueden haber muchas, pero en un municipio tiene que haber una sola; tiene que ser la política cultural del municipio.

El título de la publicación indica que se trata de una propuesta para la implementación de una política cultural local. Y esto se debe fundamentalmente a dos razones:
  1. Se trata de una propuesta, una guía, una orientación. Evidentemente fruto de mis lecturas, de mis experiencias profesionales y de mi observación. Por lo tanto, no se me ocurriría pedir, a la gente que se acerque a estas líneas, estar de acuerdo con lo que propongo. No estoy sentando cátedra. Es más, esta propuesta está abierta a debate, matizaciones, críticas y alternativas. 
  2. No se trata de ninguna plantilla, ningún manual de aplicación de una política cultural concreta. No estoy adoctrinando. Cada municipio, cada gobierno local, tiene que diseñar su propia política cultural según sus características y recursos concretos. Lo que hace el texto es dar unas pautas para conseguirlo.

El texto quiere ser un texto eminentemente práctico, no académico, por eso he huido de debates conceptuales, discusiones teóricas y muchas referencias bibliográficas. He querido ir al grano, ser útil, ser eficiente.

Como decía antes, es un texto redactado a partir de múltiples lecturas durante muchos años, de experiencias profesionales y de observación. Y es un texto concebido desde la gestión cultural (no de la teoría política). Y como texto concebido desde la gestión cultural, cualquier profesional de este ámbito identificará fácilmente que esta propuesta se basa, fundamentalmente, en
  • La planificación estratégica
  • El diseño de proyectos culturales
  • El trabajo hecho en torno a la Agenda 21 de la Cultura (desde 2004)

Estas bases no son nuevas, tienen muchos años de recorrido, pero es cierto que nos cuesta todavía de aplicar en el ámbito local y estoy convencido que, aunque en muchas ocasiones nos parece evidente la necesidad de su aplicación, nos costará percibir que lo estamos aplicando.

El texto tiene dos apartados que me gustaría destacar especialmente:

Por un lado, unas orientaciones para el desarrollo de una política cultural local. En este apartado podremos encontrar ideas o tendencias a tener en cuenta y que pueden ayudar a marcar unos objetivos en el ámbito cultural. Menciono aquí aspectos como la identidad, la diversidad y los derechos culturales, fomentar la calidad y profesionalidad, promover la participación y la descentralización, respetar el territorio, compensar deficiencias del mercado, incidir en la digitalización, etc. Un apartado, breve, que pretende empezar a trabajar en qué es lo que queremos conseguir con nuestra política cultural.

Por otra, el proceso de construcción de la política cultural, que a su vez se divide en diseño, implementación y evaluación. Y de cada una de esas fases, trato de dar algunas pinceladas, pistas o incluso recomendaciones para llevarlas adelante.

Un elemento que es una constante en el texto, y que responde a las tendencias respecto a las políticas culturales es el de la participación: incorporar a la ciudadanía y a los agentes culturales en el diseño, implementación y evaluación de la política cultural. Hablar de participación ciudadana en una guía orientada a responsables políticos para diseñar políticas podría parecer contradictorio a algunas personas. ¿Es la ciudadanía la que diseña la política? ¿Y dónde se queda la función del o la responsable política?

Como cualquier ámbito de la esfera pública, soy partidario de que el poder político, el gobierno, legítimamente escogido para marcar la senda del desarrollo del municipio, marque su propia huella en la gestión municipal. No estoy afirmando que una política cultural tenga que ser eminentemente ideológica, pero creo que apelaríamos a un escenario totalmente irreal si apostamos por una gestión de la cultura esencialmente tecnócrata. En el diseño, implementación y evaluación de la política cultural hay espacio tanto para el ámbito político como para el ámbito técnico y social, y es en el equilibrio entre todas las partes donde se encuentra la mejor de las políticas culturales. En este sentido creo que es importante la explicitación de la política cultural, con sus objetivos, sus líneas de trabajo, etc. y el acuerdo entre las diferentes partes con unas reglas del juego plenamente definidas y unos espacios delimitados. Hay ejemplos de Consejos Municipales de Cultura, por ejemplo; es evidente que son espacios de participación que pueden ser muy productivos dentro del desarrollo de una política cultural local; pero es importante establecer y acordar las reglas del juego.

Para finalizar, solo algunas ideas que me gustaría ponerr sobre la mesa.

¿Qué papel tiene el programa electoral con que los partidos políticos se presentan a las elecciones locales? Realmente, yo apuesto porque el programa electoral sea un verdadero programa de gobierno y, por lo tanto, tiene que ser la política cultural diseñada y formulada siguiendo la metodología planteada en el texto. El programa se trata de un documento que, más allá de una serie de propuestas concretas pero desconectadas entre sí, pienso que tendría que tener una importante formulación ideológica, con unos objetivos estratégicos que se pudieran concretar en acciones a medida que vaya implementándose la política.

Y por último, no puedo olvidarme obviamente del personal técnico y los gestores y gestoras culturales de nuestros municipios, que son los que aplican la política cultural en sus proyectos y programaciones. Si consideramos que la cultura es suficientemente importante como para dedicarle una política pública específica, tenemos que considerar también fundamental contar con profesionales formados y preparados para la gestión cultural. Especialmente el momento actual no permite delegar la gestión de la cultura en personas que, aunque aprecian la cultura, no disponen de un bagaje profesional adecuado. La profesión de la gestión cultural dispone ya de varias décadas de experiencia que avalan su importancia y su capacidad de garantizar resultados adecuados a la realidad local. Y unos buenos y buenas profesionales de la gestión cultural son los mejores aliados de los concejales y concejalas de cultura en el ámbito local.

Llegados a este punto, solo me queda agradecer la oportunidad que la Fundació Nexe me ha dado de tratar de aportar este texto al desarrollo cultural de nuestros municipios, y agradecer la disposición de toda aquella persona que se disponga a leerlo. No en vano, el texto está disponible para su acceso libre y gratuito. Insisto, en cuanto que una propuesta, este texto podemos debatirlo, ampliarlo y cuestionarlo, y os invito a hacerlo y a hacérmelo saber para enriquecernos entre todos y todas. Porque de esto mismo va la cultura.
 
 
José Martínez Tormo. Gestor cultural

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