Els peregrins de Les Useres

Los peregrinos de Les Useres

El último viernes de abril, en la pequeña población castellonense de Les Useres, tiene lugar año tras año desde la época medieval, una de las más peregrinaciones más antiguas de la Comunitat Valenciana, que tiene una fuerte carga religiosa y patrimonial.

A las 8 de la mañana, trece peregrinos recorren las calles de Les Useres para adentrarse en la montaña, en un recorrido que les durará todo el día y les llevará hasta Sant Joan de Penyagolosa. Una pregrinación que deberán hacer en el más absoluto silencio, únicamente interrumpido por cánticos y oraciones tan antiguos como el propio peregrinaje.

La peregrinación es un voto del pueblo de Les Useres, y los peregrinos la realizan en nombre propio y de sus vecinos, en un recorrido duro y difícil que supone un rito de iniciación individual, aunque dentro de un grupo, pero con una proyección que va más allá del grupo de peregrinos y que concierne a todos los habitantes de la localidad.

Pese a la falta de documentación histórica que permita saber la evolución del ritual a lo largo de los siglos, los orígenes de esta peregrinación parecen situarse en el siglo XIV, época también en la que existen otras peregrinaciones en municipios cercanos. Los peregrinos de Les Useres mantienen la ropa que sería habitual en la Alta Edad Media europea: una túnica larga hasta los pies (vesta) de color azulado ceñida con cinturón de cuero negro, un sombrero negro de alas caídas, junto a elementos característicos de los peregrinos medievales como la pequeña capa (esclavina) que cubre únicamente los hombros y el bastón de madera (bordón) con punta de hierro que acompañará y ayudará al peregrino en los desniveles del terreno, además de numerosos rosarios alrededor del cuello o colgando del cinturón.

Los peregrinos adentrándose en la montaña

La ruta que siguen los peregrinos de Les Useres utiliza antiguas sendas de montaña, accesibles sólo a personas y animales, y algunos tramos más modernos, pero siempre se ha tratado de mantener el viejo camino, que se pierde entre senderos y montaña. Un total de 35 kilómetros por una orografía accidentada que salvará una altura de mil metros, que es la altura aproximada a la que se encuentra el santuario de Sant Joan de Penyagolosa con respecto al municipio de Les Useres.

La actividad del peregrinaje se distribuye según el horario solar, que difiere del horario oficial al que estamos acostumbrados, y son estas horas del sol las que marcan la marcha, las paradas, el descanso, las comidas, los rezos y los cantos. El peregrino, que se deja barba desde el momento de su designación, se compromete a hacer penitencia en silencio, caminar descalzo cuando toque, velar durante la noche en Sant Joan y recitar las oraciones oficiales del peregrinaje.

Durante toda la peregrinación, los trece peregrinos van acompañados de tres cantores, tres clavarios, el capellán como representante de la iglesia y un representante del ayuntamiento. Además, otras 25 personas acompañan durante el camino para ayudar a los peregrinos, llevar y administrar los víveres, cocinar y hacerse cargo de los 19 caballos que sirven de montura para los ayudantes de los peregrinos y para transportar los víveres y los objetos necesarios.

Numerosos visitantes se acercan para ver a los peregrinos

La peregrinación de Les Useres a Sant Joan de Penyagolosa se trata, en efecto, de una manifestación impregnada de una religiosidad popular con un alto grado de identificación social que va más allá del acto religioso en tanto que sirve de elemento identitario de esta pequeña población castellonense. La importancia cultural y patrimonial ha hecho que, año tras año, se acerquen visitantes y curiosos de los municipios cercanos para intentar impregnarse de parte de la sensación espiritual que desprende la imagen de los peregrinos. Una sensación digna de ser vivida en primera persona, siempre con el respecto escrupuloso hacia la manifestación cultural que supone y que se ha sabido transmitir a lo largo de estos siglos.




Más información en:

Monferrer, Àlvar (1995): Els pelegrins de Les Useres. Consell Valencià de Cultura, València.

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