De un no-museo y una guía



El sábado 25 de mayo participé, junto a mis compañeros de la Associació d’Estudis Fallers (AdEF) de una iniciativa que comenzamos el año pasado y que ha tenido cierto éxito. Con motivo del Día Internacional de losMuseos (18 de mayo) realizamos unas visitas guiadas gratuitas al Museo Fallero para colectivos (especialmente falleros) que quisieran conocer parte del patrimonio cultural de la fiesta de las Fallas. Este año tuvimos que retrasarlas por motivos de agenda.

Las visitas no dejan de tener cierto carácter reivindicativo y de denuncia. Denunciamos que el mal llamado Museo Fallero no tiene el reconocimiento administrativo de museo que otorga la Generalitat Valenciana (ni tan sólo el de colección museográfica). Cualquiera que conozca medianamente el tema podrá decir que es sólo un reconocimiento administrativo, que no afecta a su difusión, pero consideramos que es bastante significativo. Además, el “museo” no cuenta con un director, ni realiza actividades de difusión más allá de la apertura de puertas y el cobro de entrada. Ni siquiera está en la nueva web de “Museosy Monumentos de Valencia”; donde figuran los museos dependientes de la concejalía de cultura; como el “Museo” Fallero depende de la concejalía de fiestas, parece que no existe (al igual que otros en la misma situación); o tal vez no figure porque ni siquiera tiene el reconocimiento de museo, vete tú a saber.

El “museo” tiene un montaje de comienzos de los años 90. Un montaje caduco, pobre, y en el que los ninots (elegidos anualmente por votación popular) carecen de ninguna explicación más allá del autor, el año y los materiales. He de decir que estas piezas tienen detrás un significado que les da sentido y, lógicamente, sin ninguna explicación pierden su razón de ser y sólo se ven como esculturas más o menos bonitas estéticamente.

Reivindicamos la importancia de las piezas que alberga el “Museo” Fallero para entender la historia de la fiesta y reivindicamos un papel protagonista que no se le ha dado, sobre todo cuando desde las instituciones se ha planteado la candidatura de la fiesta a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Las personas que participamos en las visitas guiadas de manera totalmente altruista conocemos la colección. La Associació d’EstudisFallers (ADEF) somos autores del catálogo razonado de “ninots indultats” del museo (publicado en un libro de tres volúmenes, L’Indult del foc) y de la Guía del Museo Fallero. Autores de las únicas publicaciones realizadas con cierto rigor sobre la colección de ninots, creo que conocemos profundamente la colección y estamos capacitados de sobra para explicarla.

Más allá de que las comisiones que acudieron ayer agradecieran el esfuerzo y la información que les ofrecíamos (que por otra parte nunca antes pudieron obtener en el museo), los que tuvimos la suerte de estar allí ayer pudimos ser testigos de dos cosas que aún nos sorprenden:

  1.  Las piezas son indultadas de forma popular de entre las que las diferentes comisiones de falla presentan anualmente a una exposición, y los ninots que obtienen el indulto son cedidas por las comisiones al “Museo” Fallero. Hasta aquí todo  bien.  Parece ser que una de las comisiones que tuvo piezas indultadas hace unas cuatro décadas decidió estas Fallas, en el 50 aniversario del colectivo, hacer un “homenaje” a esos indultos colocando una plaquita metálica conmemorativa junto a los ninots en cuestión. Más allá del buen o mal gusto de la acción, no pude más que imaginarme que, en cualquier museo, la persona que hubiera donado una pieza pusiera una placa en el día de su cumpleaños junto a la pieza de museo; probablemente, cualquier director de museo serio se hubiera opuesto y hubiera indicado que hay mejores formas de hacer un “homenaje” a una obra, si es que el homenaje se le ha de hacer a la obra y no al artista que la creó; pero hasta en eso el “Museo” Fallero es diferente.  
  2. Dentro del programa de nuestras visitas nos encontramos con un grupo de turistas nacionales que, guiados por una guía oficial habilitada por la Conselleria deTurisme de la Generalitat Valenciana, se disponían a ver el “museo”. Sin entrar a valorar el hecho de que una administración exija una habilitación para elejercicio profesional y no sea capaz de convocar las pruebas de manera anual (que probablemente se deba a una razón nada lícita para una administración), sí que podemos valorar la información y actitud que ofreció esa guía en su visita al “Museo” Fallero; probablemente no deje de ser una actitud de una persona y sea injusto generalizar y, por eso, no voy a hacerlo (pese a que no es la primera vez que lo veo), pero es bastante preocupante.

Esta guía ofreció a su grupo algunas lindezas en su explicación, pero sólo haré mención a dos informaciones total y radicalmente falsas (preocupado por mi salud mental, me negué a seguir su explicación a los tres minutos): “las fallas tienen su origen en los siglos XII y XIII”, y “los moños del peinado de valenciana sirven para estirar las arrugas y para proteger los oídos; tengo una amiga que cayó al suelo y los moños le amortiguaron la caída”.  Por supuesto, no se merece ningún comentario.

Pero, además de las lindezas que decía, su visita al “Museo” Fallero fue totalmente fugaz, parándose únicamente para enseñar algunos objetos de los ninots para decir cosas como “¿veis la calabaza que bien hecha está? Es como las que hemos visto en el Mercado Central?” Nuevamente, sin palabras. 

Y, para rizar el rizo, su actitud fue carente de toda profesionalidad, pues aún se atrevía a corregir (mal corregir, por otra parte) a una persona que estaba haciendo una visita guiada y no conocía de nada. De verdad, no quiero generalizar, pero actitudes como las de ayer hacen cuestionarse la difusión turística y patrimonial que estamos dando a nuestros visitantes.

Después de la jornada de ayer, lamento profundamente confirmarme en dos cuestiones: que el “Museo” Fallero no es un museo, ni en su reconocimiento administrativo ni en su funcionamiento, deseable o real; y que la información que se ofrece desde lo “oficial” (léase administración o guías habilitados) a los visitantes sobre el mundo de las Fallas en general y del “Museo” Fallero en particular es de una calidad ínfima (con más motivo cuando hay publicaciones que permitirían subsanar el desconocimiento).

Al menos, me quedo con la sensación, nuevamente, de que desde la Associació d’Estudis Fallers (AdEF) somos coherentes con nuestra filosofía, nuestro trabajo y nuestras convicciones, pese a que en muchos casos no nos quieran escuchar y seguiremos reivindicando la dignidad para el “Museo” Fallero y para el patrimonio que supone nuestra fiesta, mucho más allá de denominaciones y títulos honoríficos que, en realidad, sirven de bien poco si no se actúa en consecuencia.

Comentarios

  1. Suscribo tus palabras. Soy Guía de Turismo y tampoco me gusta generalizar, pero la situación protagonizada por la guía el sábado no es precisamente puntual. Es cierto que hemos pasado un examen oficial etc. Pero eso no nos da derecho a contar lo que queramos, olvidando la profesionalidad. Por Valencia se escuchan auténticas barbaridades respecto al patrimonio. Mucha gente encargada de difundir el patrimonio funciona con discursos cerrados que ni renueva ni se molesta en revisar. Muchos tópicos e informaciones erróneas siguen circulando. Y es un error grave, porque los guías somos en muchos casos la cara de Valencia y de su Patrimonio para el turista. Su mala gestión no es nada recomendable por eso mismo.

    En cuanto a las Fallas el despropósito es mayúsculo. Por ser una fiesta muchos no se toman la molestia de estudiarla mejor. Tópicos como seguir diciendo “construcciones en cartón piedra expresión del sentido del humor valenciano”, son muy comunes. No hay un verdadero interés en formar a la gente sobre estas cosas y las barbaridades, como las escuchadas en el no museo, son muy comunes. Basadas en informaciones falsas o sin un mínimo rigor. Como guía no me molestó en absoluto la presencia de no habilitados en el museo. En primer lugar porque allí no hay guías, en segundo lugar porque fue por amor al arte y con la intención de darlo a conocer, y en tercer lugar porque hablaron los entendidos. De hecho, yo grabé toda la explicación por si alguna vez tengo que hacer la visita con un grupo de turistas. Así que gracias.

    Lamentable que una fenómeno cultural que quieren convertir en Patrimonio de la Humanidad, no cuente con un museo considerado como tal ni tampoco con una difusión digna a través de los guías o los informadores.

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  2. Gracias por tu comentario, Alejandro. En no pocas ocasiones, cuando desde la cultura se ha cuestionado la profesionalidad o la exclusividad de algunos guías habilitados, se ha generado una oleada de comentarios corporativistas que no ayudan en nada a la profesión.
    Estoy de acuerdo en que se pasa un exámen, y probablemente sea una de las mejores formas de acreditar, pero eso no da patente de corso para hacer y decir lo que se quiera. Al menos no debería ser así.

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  3. des de l'altre dia que vaig vore a la pàgina de compromis, l'unic partit que fa algo per les falles, aquesta foto que parla sobre el que dius al teu blog, he sabut per primera vegada sobre aquest assumpte que no havia escoltat mai!

    https://www.facebook.com/photo.php?fbid=497813873619395&set=a.365286283538822.84589.340686829332101&type=1&theater&notif_t=like

    qui es el que te que fer totes aquestes cosetes per a canviar el museu? el pregunte perque si no savbia d'aquest tema, de la resta res de res.

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  4. La titularitat del museu és de l'Ajuntament de València i, per tant, és qui hauria de vetlar per la seua difusió, manteniment i regularització.

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  5. i ningú govern valencià ha fet res de res pel museu? hi han hagut governs del pspv i del pp que podian haver-ho fet!

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  6. Josep

    he vist la foto de la pàgina de compromis i en un enllaç qui ha algú va parlar l'any passat del que escrius al teu bloc: http://inndeavalencia.com/nueva-propuesta-museografica-del-museo-fallero-de-valencia-christian-polana-2

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  7. Alguns ja fa temps que parlem del tema, defensant una gestió cultural professional no només per al museu, sinó també per a moltes iniciatives culturals que es duen a terme des de les comissions falleres i les institucions vinculades a la festa.

    Malauradament, encara hui és un tema pendent i inexplorat.

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