Reconcebir la política cultural

Hace algún tiempo que abandone, en parte, este blog, y no porque no tenga cosas del ámbito profesional sobre las que reflexionar, que tal vez comienzan a ser demasiadas, sino por cierta dejadez, tal vez alguna sobreabundancia de información y poco tiempo para parar a pensar con la atención que se necesitaría.

Llevo un tiempo en que, ocasionalmente, relfexiono y escribo algún breve artículo de opinión que envío al diario Levante-EMV con la intención o el deseo de que esas reflexiones, realizadas desde la modestia experiencia e ideología personal, puedan llegar a un público más amplio. También con la ilusión de que el concepto de "gestor cultural" o algunas de las ideas de nuestra profesión puedan llegar al gran público. Y tengo la suerte de ver una gran mayoría de esos textos publicados en las páginas del diario. En efecto, desconozco su eficacia, pero esta situación me permite seguir reflexionando sobre temas más prácticos de la actualidad diaria, incluso con el riesgo de poder encontrar muchas personas que piensen de forma contraria a la mía. Por supuesto, no dejan de ser opiniones personales, fruto de reflexiones propias y que no necesariamente han de ser correctas. Sigo pensando que, a pesar de los años, soy un profesional en continua formación, tanto práctica como teórica y reflexiva. Y esta práctica creo que me ayuda a esa tarea de formarme, aunque sea con cierto grado autodidacta.

En este sentido, el pasado 20 de enero, el diario Levante-EMV me publicó, esta vez en la sección de cultura, un artículo en el que reivindico la necesidad de "reconcebir" (la palabra creo que no existe pero me pareció muy gráfica) las políticas culturales. Pasar de una cultura del entretenimiento a una política cultural que recupere la centralidad de la ciudadanía, y que deposite en los profesionales la tarea de implementarla con los criterios de eficiencia, calidad y responsabilidad; algo para lo que, se supone, estamos suficientemente formados.

Probablemente no deje de ser un deseo iluso, una posibilidad improbable en los tiempos que corren y con los perfiles que están al frente de las políticas culturales (si podemos llamar así a lo que existe hoy en día, y para lo que tengo mis dudas), pero no deja de permitirme cierta reflexión personal, muy lejos del increíble trabajo teórico e intelectual que realizan algunos de mis compañeros de profesión y que envidio sobremanera.

No obstante, creo que, aún así, es interesante que pueda compartir ese texto en este blog que incluso se ha convertido en algo así como archivo de esos artículos míos de opinión aparecidos en prensa.



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