Cambio de modelo en el Circuit Teatral Valencià

Hace unos días, los periódicos valencianos anunciaban que el Circuito Teatral Valenciano “echaba el cierre” a raíz de la decisión del gobierno valenciano de imponer un cambio en su funcionamiento.

Este cambio, que pasa de un sistema de cogestión directa a un sistema de subvenciones, da por finalizada una etapa de desarrollo teatral en los municipios valencianos, basada en la participación del ayuntamiento y la administración autonómica, con una importante participación de los profesionales de la gestión cultural.

El Circuit Teatral Valencià surgió en 1988 como una demanda profesional, que aceptó la administración autonómica y reguló por Orden de 17 de febrero de 1995 (DOGV nº 2461, de 2 de marzo de 1995). En este sentido, el Circuito Teatral Valenciano se creó “como instrumento de coordinación y colaboración entre Teatres de la Generalitat Valenciana y los municipios, agrupaciones de municipios y otras entidades públicas y privadas que se integren en el mismo, con el fin de optimizar los recursos disponibles y procurar una programación estable, diversificada y de calidad en el sector de las artes escénicas en los municipios de la Comunidad Valenciana”.

Los fines que se planteaba la regulación del Circuit eran:

  • Potenciar la cooperación y colaboración.
  • Facilitar la distribución y exhibición de las producciones de teatro y danza, especialmente las realizadas por compañías valencianas.
  • Optimizar los recursos infraestructurales, económicos y humanos.
  • Abrir canales de comunicación y colaboración entre los diferentes agentes (creadores, productores, distribuidores y gestores culturales).
  • Proporcionar espacios de formación y reciclaje profesional.


La creación del Circuit Teatral Valencià supuso un importante hito para el desarrollo escénico valenciano y un elemento impulsor para la profesión del gestor cultural. Brevemente, trataremos de analizar el funcionamiento del Circuit y cómo ese sistema influye en tres ámbitos diferenciados: la programación, el desarrollo profesional y el aspecto económico.


La programación.
Dos de los requisitos para formar parte del Circuit es que el municipio debe disponer de un teatro o sala adecuada para las representaciones teatrales o de danza y que debe realizar una programación estable a lo largo de los meses de septiembre a junio. La obligatoriedad de la programación estable acababa con las representaciones únicamente en períodos vacacionales y permitía a los ciudadanos disponer de un referente en el propio municipio para disfrutar de las representaciones escénicas. Además, otro requisito obligaba a que la programación debía incluir, como mínimo, diez compañías profesionales, de las cuales al menos seis debían ser valencianas; esto contribuía a una normalización de la realidad escénica y aseguraba espectáculos de calidad en todos los municipios integrantes del Circuit.
Los gestores culturales de los municipios realizaban la programación teatral de acuerdo a una oferta cerrada de compañías, obras y cachés seleccionada por la asamblea de Teatres; programando compañías ahí incluidas, el municipio recibía una ayuda económica.

Desarrollo profesional y del sector.
Los mismos requisitos indicados anteriormente sirvieron como un acicate para el desarrollo del sector escénico profesional valenciano, colaborando sin duda a la profesionalización de diferentes proyectos artísticos de la Comunitat Valenciana y a la estabilización de sus producciones. Al garantizar un mínimo de actuaciones, los grupos teatrales podían asumir los retos de la normalización empresarial.
Por otro lado, el sistema desarrollado con la creación del Circuit Teatral Valencià potenció la figura profesional del gestor cultural. Como un requisito más para los municipios que quisieran integrarse en el circuito se encontraba la necesidad de contar con un gestor cultural profesional que realizara las labores de programación de la sala, independientemente de que tuviera responsabilidades de gestión en otros sectores, con lo que se ayudaba a la estabilización de estos profesionales que, en algunos casos, vivían una situación profesional de cierta inestabilidad. Además, los gestores culturales de estos municipios participaban activamente del desarrollo del Circuito en tanto que formaban parte de la selección de obras, y se relacionaban de manera activa con otros profesionales en diferentes reuniones periódicas de coordinación y programación.

Aspectos económicos.
El modelo del Circuit Teatral Valencià regulado en 1995 ofrecía aspectos económicos singulares. La administración autonómica organizaba los diferentes municipios según unas “fichas municipales” en las que se determinaba la aportación económica que Teatres de la Generalitat destinaría a cada una de las poblaciones. Los municipios se comprometían a invertir en la programación, al menos, la misma cantidad de dinero que aportaba Teatres en cada caso particular. El pago de cada actuación se realizaba al 50% por parte del municipio en el momento de la representación; el 50% restante lo abonaba Teatres de la Generalitat previa presentación de la factura y un certificado emitido por el municipio que acreditara la efectiva realización de la actuación.
Los gastos derivados del Circuit Teatral venían reflejados en el capítulo 2 de los presupuestos de la Conselleria de Cultura, el de gastos corrientes, entendiendo que todas las actividades del Circuit suponían una actividad de gestión directa en colaboración con las diferentes administraciones locales.


Algunos problemas del modelo.
Este modelo, que técnicamente ofrecía muchas ventajas y un sistema de coparticipación a todos los niveles, ha sido criticado por algunas voces en algunos aspectos. Tal vez el más importante era el hecho de acusar a los municipios integrantes (y a los profesionales que los representan) de actuar como un grupo de presión frente a la Conselleria de Cultura y evitar que los estamentos políticos pudieran controlar el Circuit Teatral; igualmente, se ha acusado en ocasiones de no permitir la entrada de nuevos miembros al circuito. Estas acusaciones se han respondido, desde diversos sectores, argumentando que el sistema era un sistema nacido desde el ámbito profesional y los municipios, y que la administración autonómica había aceptado como propio cuando ya el sistema estaba funcionando y, por otra parte, que si no se aumentaba el número de municipios miembros era porque la aportación económica de Teatres de la Generalitat Valenciana tampoco aumentaba, y los municipios participantes no estaban dispuestos a ver menguar su disponibilidad económica.

Hacia un cambio estructural y de funcionamiento.
Como decíamos al principio, desde la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana se anunciaba hace unos días la modificación en el Circuito Teatral, que los sectores técnicos y profesionales han bautizado como la muerte del mismo. He aquí algunos datos de la conversión del modelo que han venido adelantándose:

  • El 11 de enero se anunciaba por fax, a cada uno de los gestores municipales que forman parte del Circuit, el cambio de sistema para 2010 que entraría en vigor desde el 1 de enero de 2010 aún cuando la orden se encuentra aún en proceso de redacción.
  • Los programadores deberán realizar su programación anual sin saber con qué aportación económica de Teatres dispondrán. Harán una programación que, posteriormente, una comisión reunida al efecto valorará determinando la cantidad económica que, a su juicio, corresponda financiar.
  • La cantidad que asuma Teatres dejará de corresponder al capítulo 2 (gastos corrientes) del presupuesto de la Conselleria y se asimilará al capítulo 4 (transferencias de capital - subvenciones). Es decir, pasa de concebirse como una coparticipación de gestión entre Teatres y los diferentes municipios para entenderse como una subvención a una actividad de cada uno de los municipios que reciban la ayuda.
  • Los municipios tendrán que asumir el 100% del coste de la programación; posteriormente, una vez convocada la orden de subvenciones, recibirán la aportación económica de Teatres, que no conocerán hasta ese momento.
  • La subvención se abrirá a la totalidad de municipios de la Comunitat Valenciana que cumplan una serie de requisitos, que se dice serán los mismos que hasta ahora, en vez de a los 63 municipios que son miembros del Circuit actualmente.
  • Se amplía el cupo de contrataciones obligatorias a compañías valencianas, del 60% al 80%.
  • En este nuevo modelo no se anunciado si se garantiza la existencia del sistema asambleario y de participación de los gestores culturales municipales en la selección de obras y compañías, aunque las fuentes de la Conselleria de Cultura afirman no plantear un cambio en este sentido.


Inestabilidad e incertidumbre.
La noticia del cambio en el Circuito Teatral Valenciano ha originado un clima de total incertidumbre en el sector escénico. Los municipios han comenzado a cancelar actuaciones de las compañías por no saber si podrán hacer frente a sus cachés; las compañías comienzan a preocuparse ante una posible ausencia de contrataciones y la imposibilidad de hacer frente a sus inversiones; los técnicos culturales lamentan una situación que, a su juicio, puede anular todos los esfuerzos realizados durante años por crear unas audiencias y unas programaciones estables y de calidad; y los sectores profesionales (gestores, compañías de teatro y danza, productores, autores y actores) y demás agentes implicados se preocupan por la decisión unilateral de los responsables políticos que, ante todo, consideran que podría haberse realizado de una forma consensuada con todos ellos.

A espera de la orden que regule y establezca las bases de este nuevo modelo de Circuito Valenciano de Teatro y Danza, la incertidumbre que ha provocado en el sector y en las programaciones culturales de los municipios valencianos no es nada deseable. El tiempo pondrá las cosas en su sitio, y deberemos estar vigilantes de las consecuencias de este nuevo modelo propuesto. Lo que sí es cierto es que existirá un antes y un después. Esperemos que, al menos, los avances conseguidos hasta el momento durante estas dos décadas no caigan en saco roto, tanto a nivel profesional de la gestión cultural como en el sector escénico valenciano.

Algunas referencias:

"El Circuit Teatral echa el cierre". Las Provincias, 14 de enero de 2010.

"Los programadores y las compañías se levantan contra la política de Teatres". Levante-EMV, 15 de enero de 2010.

"Los grupos de teatro retocan su discurso y exigen a Miró que oiga a los programadores". Levante-EMV, 19 de enero de 2010.

"El nuevo modelo de Circuit Teatral deja en el aire las programaciones". El País, 21 de enero de 2010.

"El teatro valenciano está en fase terminal y se impone un cambio urgente de ciclo". Levante-EMV, 21 de enero de 2010.

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